Os
dejamos un artículo sobre el juguete aportado por una mami del grupo de
4 años, además ella impartirá un
Taller de creación de muñecos de lana
los lunes cada 15 días en horario de 17 a 18.30h. Si estáis interesad@s
podéis llamar al centro o dirigiros a las maestras de infantil a la
hora de la salida del alumnado.
EL JUGUETE
El juguete tiene
la función de estimular la actividad sensorial del niño. Los sentidos
tienen que ser cuidados y estimulados de una manera especial en los 7
primeros años, lo que permitirá más tarde despertar los sentidos
superiores o intelectuales.
El sentido del tacto es extremadamente sensible y necesita tener las más variadas experiencias.
Probablemente el plástico, un material frío y no natural, no es el material más adecuado para ello.
Sin embargo podemos encontrar toda una serie de materiales naturales
que pueden ofrecerse como juguetes a los niños, pues permiten obtener
unas experiencias sensoriales de un valor inestimable para su evolución.
Tejidos de algodón o seda, lana (hilada o cardada), fieltro, madera, conchas, cortezas, semillas, piedras,…
Los juguetes deberían permitir, en la medida de lo posible, que el niño
perciba las leyes del mundo natural y la vivencia de los elementos. El
peso, la textura, el olor, el sabor, el sonido de los juguetes naturales
ayuda al niño a situarse en el mundo.
Carros, cubos, o carretillas que el niño pueda cargar con piedras o arena y luego empujar o arrastrar.
Es importante que los juguetes sean sencillos. Está demostrado que lo
que no está muy acabado con todos sus detalles, permite a la fantasía
del niño recrearlo cada vez de una forma nueva.
Para un niño
pequeño, los objetos no están tan definidos como para los adultos. Para
el pequeño, una caja de madera puede ser un barco, un carro, una casa o
incluso un elefante.
Por eso, si los detalles de los juguetes son
demasiado minuciosos, se pierde esta plasticidad. Con juguetes así, lo
más probable es que el niño acabe por aburrirse y los deje a un lado.
Pelotas, animales sencillos de madera o tela y algunos bloques de madera son unos maravillosos juguetes.
También cajas o cestas de diversos tamaños, que pueden ejercer de
múltiples funciones; colocarlos, llenarlos de cosas, vaciarlos,…
A
partir de los cuatro años el lenguaje ya empieza a ser mucho más
estructurado y el niño cada vez más quiere experimentar lo que hacen los
adultos.
Son unos años donde el juego simbólico cobra especial relevancia.
Para el niño jugar quiere decir ensayar, y le permite ir asimilando
poco a poco los procesos de la vida que ocurren a su alrededor.
Es
importante que pueda disponer de una casita de muñecas, y una cocinita
con cazuelitas y cucharas de verdad. La hierba, las piedras y las
semillas son excelentes platos que el niño puede cocinar y preparar.
Es importante también que el niño pueda participar en tareas reales de
vez en cuando: preparando la comida, limpiando, haciendo la colada,…
En definitiva, todo juego entre el primer y el séptimo año de vida debe
ir encaminado a introducir al niño en las relaciones de vida de su
medio ambiente.
Mediante el juego el niño imita el mundo
y esto
implica, entre otras cosas, sus relaciones con la naturaleza, hábitos,
actitudes,… que nosotros los adultos debemos cuidar, pues somos su
referencia.
Os invitamos a asistir a este taller
dos lunes al mes
de 17h a 18:30h, para hacer estos juguetes con nuestras propias manos,
los maestros y padres transmitimos así a los niños las virtudes de hacer
un juguete con calma, cariño y mucho cuidado.